Mucho más comunes en las mujeres que en los hombres, los cálculos biliares o “cálculos a la vesícula” son un problema del que se escucha a menudo. Frecuentemente, los cálculos biliares se producen gracias al sobrepeso y condiciones como la diabetes, por lo general en mayores de 40 años. De esta forma, los cálculos se producen por una cristalización de la bilis a causa del exceso de bilirrubina o colesterol existente en ella. No obstante, se ha logrado comprobar que sí existe un factor hereditario que condiciona la aparición de estos depósitos en la vesícula biliar. A pesar de que estas formaciones no pueden prevenirse, hay que estar atentos si se producen síntomas que pudiesen alertar sobre su presencia para actuar con rapidez y evitar complicaciones.
Dolores abdominales muy intensos después de comer, náuseas y vómitos forman parte de los síntomas más comunes de la aparición de cálculos en la vesícula biliar. La forma adecuada de detectarlos es mediante una ecografía y la forma de tratarlos es mediante una cirugía laparoscópica, la que suele ser mínimamente invasiva y asegura una recuperación a los pocos días de efectuada la cirugía. Se puede vivir perfectamente sin vesícula biliar y sin mayores contraindicaciones para volver a tener una vida normal. Sin embargo, si no se extrae la vesícula, se corre el riesgo de complicaciones que van desde una pancreatitis, una infección biliar o incluso una septicemia. Por lo tanto, lo recomendable es no dejar pasar dolores abdominales intensos y consultar a un médico de manera oportuna.