Una vez que llega el invierno, es muy común argumentar de que en esta época del año podemos permitirnos comer más grasas de la cuenta porque suponemos que nuestro cuerpo genera un mayor gasto calórico para soportar las bajas temperaturas. Sin embargo, ese es un gran mito. La verdad es que muchos de los resfríos que se ocasionan en invierno se deben a una alimentación inadecuada, en la que se deja de lado como importancia primordial el fortalecer el sistema inmunológico.
¿Qué consideraciones se recomienda tener durante el invierno? Aprovechando las bajas temperaturas, es una buena instancia para consumir legumbres guisadas calientes, aprovechando el agua de los guisos para obtener una hidratación extra a la del consumo directo de agua. Frutas como las naranjas, mandarinas y uvas son ideales para esta época del año, gracias a su alta concentración de vitaminas C y E. Mientras tanto, infusiones como tés y aguas de hierbas también ayudan a obtener una hidratación extra tomando en cuenta las diferentes propiedades que tienen los componentes herbáceos. Así mismo, hacer ejercicio físico siempre ayudará a que el metabolismo durante esta época se acelere para mejorar nuestra circulación y regular de manera más eficiente la temperatura del cuerpo. Lo importante finalmente, es darse cuenta de que el invierno es una época en la que no podemos bajar los brazos de nuestro autocuidado, siendo un período del año que debiese tener la misma relevancia que el verano.