Una vida sedentaria acompañada de una mala alimentación son, sin duda, una mezcla perjudicial que sólo nos llevará a desencadenar enfermedades. Es entonces cuando se le denomina Síndrome Metabólico no a una enfermedad en concreto, sino a un conjunto de factores de riesgo que pueden provocar enfermedades como hipertensión o diabetes. La acumulación de grasa abdominal, la resistencia a la insulina, colesterol HDL bajo (el “colesterol bueno”) y los triglicéridos altos forman parte de este síndrome, los que suelen ser peligrosos detonantes de patologías cardiovasculares con consecuencias severas.
Se solía creer que el Síndrome Metabólico sólo afectaba a hombres y mujeres mayores de 50 años. Sin embargo, ya se habla de que existen cada vez más diagnósticos en individuos de 35 años. En EE.UU. estadísticas hablan de que un 25% de la población mayor de 20 años ya lo padece, y que antes de los 40 años ya manifiestan sus primeras complicaciones, como infartos al miocardio o accidentes cerebro-vasculares.
Para prevenirlo, es necesario realizarse un examen HOMA que mide la sensibilidad a la insulina, a través de la glicemia en ayunas. Luego, es fundamental cambiar los hábitos de alimentación y actividad física. Quienes logran hacer estos cambios, pueden reducir hasta en un 60% los riesgos que conlleva este síndrome. Es importante recalcar que la grasa abdominal crea sustancias inflamatorias que producen enfermedades en el organismo, por lo tanto, mantenerse en forma no sólo puede ser una motivación estética, sino también de salud. En Fast tenemos el programa FAST Vitality, el cual tiene como objetivo aumentar el metabolismo basal, controlar el IMC (índice de masa corporal) y bajar los niveles de riesgo de enfermedades. Consulta por él en cualquiera de nuestras sedes.