Es común toparse con personas que no suelen hacer deporte pero que se mantienen saludables y delgadas. Muchos dirán que se debe al factor genético, pero lo cierto es que el poder que tiene una buena alimentación puede ser determinante a la hora de ver resultados en la apariencia y en cuestiones de salud. Es así como se dice que la Dieta Mediterránea es una de las más completas y saludables que pueden hacerse, ya que contempla todo tipo de alimentos que pueden encontrarse en la parte occidental del planeta. Sin embargo, ¿en qué consiste este tipo de alimentación?
La Dieta Mediterránea consiste básicamente en el consumo de frutas, verduras, legumbres y frutos secos, pan y cereales, aceite de oliva, vinagre y vino. Pese a este amplio abanico de productos permitidos, esta dieta no ha estado exenta de polémica por parte de la comunidad médica. No obstante, y luego de varios intentos, en el año 2010 la Dieta Mediterránea fue proclamada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pese a esto, esta dieta incluye altas cantidades de gluten, por lo que no estaría recomendada para celíacos. Aún así, esta dieta se asocia con el retraso del Alzeihmer en el envejecimiento, disminuye el riesgo de Diabetes tipo 2 en un 30% así como una disminución notoria de la grasa abdominal, hipertensión, infartos y accidentes cardiovasculares. Aunque se han hecho diversos estudios que avalan su preferencia, no es una dieta recomendable para todos. Consulta con un médico si tienes algún factor de riesgo que te impida seguirla.
